sábado, 27 de febrero de 2016

Lírico, Narrativo y Dramático.

Los géneros literarios son los distintos grupos o categorías en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido y estructura. La retórica clásica los ha clasificado en tres grupos importantes: épico o narrativo, lírico y dramático, a los que se añade con frecuencia el género didáctico, convirtiéndose en un punto de referencia para el análisis de la literatura. Así mismo, y desde el punto de vista del autor, los géneros literarios son modelos de estructuración formal y temática que le permiten establecer un esquema previo a la creación de su obra.

Género Narrativo:

Obra narrativa es aquella en la que un narrador a través de un discurso oral o escrito, relata una historia destinada a oyentes o lectores. La historia tiene algunos elementos constitutivos como son: un espacio, un tiempo, personajes y un conflicto que puede o no resolverse de forma acabada. Ésta comienza con una situación inicial de equilibrio, hasta que algún elemento la transforma en una situación nueva de desequilibrio, no pudiendo volverse a la situación anterior. Así las misma se suscitan hasta llegar a su resolución, que es una última situación donde aparece un nuevo equilibrio diferente del primero. Si no existe el desequilibrio, que provoque un conflicto, no existe narración. En cuanto a su forma, habitualmente encontramos la narración en prosa. Esto no descarta que existan narraciones en forma lírica, como lo puede ser la epopeya. Dentro de ella pueden encontrarse subgéneros. Mencionamos aquí, sólo cuatro, a fin de no entreverar al estudiante. Cuento: Narración sencilla y de breve extensión; con pocos personajes. Novela: Es extensa, minuciosa. Construye un mundo cerrado en cuanto a hechos y personajes. Lo principal en la novela es la descripción de la vida de esos personajes y de su ambiente. Epopeya: Se concibe como la narración poética de una acción memorable y de un interés general para un pueblo entero o para la especie humana. Exige una unidad de acción, grandeza del tema y solemnidad de los personajes. Habitualmente tiene una caracter oral para presentarla y recitarla ante un auditorio. Parábola: Similar a la fábula y al apólogo, se propone dar mediante el relato de algún hecho, una lección moral. Pero no recurre a la representación animal. Describe acciones de la vida humana misma, y es una forma narrativa con un doble plano significativo: el primero y superficial es el relato; el segundo es profundo, con un alcance moral, religioso, filosófico.

 Género Dramático:

La obra dramática está destinada a ser representada ante espectadores y consiste en una acción dialogada representada por personajes desempeñados por actores, en un espacio determinado, configurado por una escenografía. El drama está destinado a la representación ante un público, no puede tener una extensión desmesurada, en un lenguaje inteligible, y todas las acciones deben poner en tensión al espectador de modo que pueda atrapar su atención. La palabra drama significa “acción”, por lo tanto no estamos pensando en si esta acción es trágica o cómica. Un drama es la representación de acciones, sin importar su carácter. Es también una historia, pero al ser representada, no existe la presencia del narrador, sino que el espectador ve las acciones, sin que nadie deba explicarle qué está pasando. Sólo en raras excepciones, que se dan sobretodo en el teatro del siglo XX y en algunos dramaturgos, puede existir la presencia de una especie de narrador que es un personaje, pero eso tiene una finalidad estética que debería estudiarse en cada caso particular. En cuanto a su forma, el texto dramático está escrito en diálogos y se separa en escenas (con la entrada o salida de personajes) y eventualmente en actos (cambios de espacio y tiempo). El género dramático consta de dos textos, un texto dramático, que es el que escribe el dramaturgo para que represente, y un texto espectacular que es el que elabora el director, junto con el elenco y que consta de una reinterpretación del texto para ponerlo en escena. Este segundo texto, que es el que ven los espectadores, tiene una multiplicidad de recursos, además de lingüístico, tales como: las luces, el maquillaje, la escenografía, el vestuario, la música, etc.

Género Lírico:


Según Marchese y Forrandellas, la lírica es desde la antigüedad la forma poética en la que se expresa el sentimiento personal del autor, que se sitúa en el centro del discurso psicológico, introspectivo, rememorativo, o fantástico con que se determina la experiencia del yo. Poesía lírica es la que expresa sentimientos, imaginaciones y pensamientos del autor, es la manifestación de su mundo interno; por ello es el género poético más subjetivo y personal. Este carácter subjetivo no equivale a un individualismo: el poeta como integrante de la comunidad humana, puede interpretar sentimientos colectivos. Podríamos encontrar innumerables definiciones de lírica. Baste con que pensemos que el poeta nos quiere transmitir su estado de ánimo. En cuanto a la forma, ésta está escrita en versos. Los versos son unidades métricas regulares, así cada verso tendrá una determinada cantidad de sílabas que a veces se repiten en el mismo poema regularmente. La poesía cuenta necesariamente con un ritmo. No olvidemos que este género nace de una íntima relación con la música (la palabra “lírico” viene de “lira” que es un instrumento musical). Y a veces tiene la particularidad de tener una rima, que ayuda a la musicalidad del mismo. Sin embargo, una de los elementos más importante de la poesía es el uso del lenguaje. En ella, la palabra florece, explota en significados, y tanto lo que quiere decir como la forma en que lo dice, se unen para darle un sentido global a la obra. En cuanto a la forma, se buscan figuras literarias que potencien la sonoridad. Y en cuanto al contenido, el poema se oscurece en su sentido con un lenguaje metafórico cargado y sugerente. No se trata de que quien escucha entienda con una primera lectura, sino que sienta lo mismo que el yo lírico, y que se detenga en cada imagen sugerente, para abrirse a la interpretación.

Textos Literarios.

Como texto literario se denomina todo aquel texto en el que se reconocen las características propias de algún género literario, como la narrativa, la poesía, el teatro o el ensayo.

Desde el punto de vista de la Lingüística, el texto literario es aquel donde predomina la función poética del lenguaje, es decir, donde la composición del texto atiende fundamentalmente a la forma en sí del lenguaje, a su belleza y a su capacidad para recrearnos mundos imaginarios.

Algunas de las características de los textos literarios son la libertad creativa plena en cuanto a la composición: la forma, el estilo y el tono del texto (puede ser triste, alegre, amargo, irónico, festivo); en el empleo de figuras literarias, como la metáfora, la metonimia o el símil, para enriquecer el texto y avivar la imaginación del lector; en el manejo de los recursos discursivos como la narración, la descripción, el diálogo, la exposición o la argumentación, para conducir el texto; así como la naturaleza ficticia de que está hecho el texto literario.

El texto literario, en este sentido, recrea mundos de ficción, bien se trate de la relación de sucesos imaginarios, bien de ideas, conceptos o argumentos. Como tal, un texto literario trasmite sensaciones, emociones, sentimientos, ideas y pensamientos al lector.

Los textos literarios presentan naturalezas distintas dependiendo del género a que pertenezcan. Así, una narración o un ensayo se componen fundamentalmente en prosa, mientras que la poesía se glosa en versos.

Dos ejemplos de textos literarios que ilustran esta afirmación podrían ser los siguientes: el cuento más breve del mundo titulado “El dinosaurio”, autoría de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”; y el poema “Los heraldos negros”, del poeta César Vallejo: “Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!/ Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,/ la resaca de todo lo sufrido/ se empozara en el alma... ¡Yo no sé!”

Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto la existencia de una gran variedad de tipos de textos literarios. De esta manera, entre ellos destacan los siguientes:

Cuento. Breve, ficticio y de pocos personajes es aquel.

Novela. En la Antigüedad se encuentra el origen de este tipo de texto que es uno de los más importantes dentro de la Literatura y que se divide en multitud de géneros.

Leyendas, textos literarios basados en hechos reales y adornados con fantasía.

Poesía. En verso y con rima. Así se presenta aquella que apela a los sentimientos.

Fábula. Realizar una moraleja y hacer que el lector aprenda una enseñanza es lo que pretende básicamente conseguir este tipo de texto literario que es breve, ficticio y que puede estar realizado en prosa o en verso.


Informe.

En términos generales, un informe es un texto que se da cuenta del estado actual o de los resultados de un estudio o investigación sobre un asunto específico. En cualquier caso siempre es necesario preparar todo el material. El informe contiene datos presentes o pasados ya comprobados.

El informe es un documento escrito en prosa informativa (científica, técnica o comercial) con el propósito de comunicar información del nivel más alto en una organización. Por consiguiente, refiere hechos obtenidos o verificados por el autor (reconocimientos, investigaciones, estudios, o trabajos). Además, aporta los datos necesarios para una cabal comprensión del caso, explica los métodos empleados y propone o recomienda la mejor solución para el hecho tratado.


Por lo general, la finalidad del informe es, obviamente, informar. De todas formas, estos escritos pueden incluir consejos u otros elementos que apunten a la persuasión.

Los informes, por otra parte, pueden ser públicos o privados según el objetivo de divulgación. En cuanto a los formatos de los informes, pueden ser simples o complejos de acuerdo a su estructura y a sus contenidos.

En materia de previsión y futura realización proyectos se establece que es fundamental lo que se da en llamar el informe final de investigación. Este, como su propio nombre indica, recoge todo lo que ha sido el proceso de investigación desarrollado así como los resultados que se han obtenido dentro del mismo.

Por ello, es fundamental que dicho documento cuente con una estructura y una organización claramente delimitada y estipulada pues de aquel dependerá que el proyecto sea comprensible, se considere oportuno, se vea la necesidad que existe de él y finalmente se dé luz verde a su puesta en marcha.

Tal circunstancia establece, por tanto, que todo informe final de investigación debe contar de manera irremediable con un conjunto de apartados donde se encuentren la correspondiente portada, el índice, la introducción, el resumen, el cuerpo del trabajo, las conclusiones alcanzadas, las recomendaciones estipuladas, los anexos con documentación adicional pero muy importante y, por supuesto, la bibliografía.

Ejemplo de informe.
Tanto para este tipo de informes como para cualquiera otros se establecen una serie de recomendaciones o consejos de cara a conseguir que aquellos cumplan los objetivos que se han marcado y sean lo más atractivos posibles para el receptor de los mismos. Así, por ejemplo, se estipula que es muy buena opción el apostar porque en ellos se encuentren diversos materiales tales como fotografías, diagramas y tablas de datos.

¿Por qué? Porque gracias a dichas herramientas serán más fácilmente comprensibles los contenidos que se exponen y desarrollan. Y eso sin olvidar otro aspecto fundamental: la redacción debe ser clara, concisa y ordenada.

En el ámbito del derecho, por otra parte, un informe es una exposición que un fiscal o un letrado realiza ante los jueces que tienen la responsabilidad de emitir el fallo de un proceso judicial.

El término informe, por último, puede tener su origen en el latín informis. En este sentido, hace referencia a algo que no dispone de la forma o de la apariencia que debería tener debido a su naturaleza.


Ensayo.

¿Qué es un ensayo?

"El ensayo es la ciencia, menos la prueba explicita".
José Ortega y Gasset, "Meditaciones del Quijote", 1914

En términos generales llamamos ensayo a una composición escrita en prosa, de
extensión variable, en la que damos nuestras ideas y punto de vista particulares sobre

un tema que nos interesa o que nos es asignado. 
El ensayo es frecuentemente utilizado en ámbitos académicos, aunque de los denominados “trabajos académicos” es el género que más libertad otorga al autor, puesto que no tiene como requisitos algunas formalidades que sí tienen otros tipos de textos utilizado en el ámbito académicos, como las monografías o tesis de investigación.

En el ensayo, el autor –decíamos- expone de manera libre sus argumentos que respaldan una posición personal ante un determinado tema. Por eso, el ensayo puede incluir o no citas bibliográficas, se pueden citar trabajos académicos, artículos periodísticos, otros ensayos, incluir frases o refranes, ofrecer ejemplos, exponer propuestas, incluir planificaciones o pasos a seguir en un proyecto, contar anécdotas, experiencias o vivencias.


Características de un ensayo.

Aunque sea difícil describir todas las características de un ensayo por ser un género literario esencialmente libre, podemos resumir sus principales caracteres en la siguiente lista:

- Libertad temática

- Estilo personal o amistoso en la escritura

- Puede incluir citas o referencias

- Sin una estructura definida, el autor escoge el orden en que desarrolla su argumento

- Su extensión depende del autor

- Dirigido generalmente a un público amplio.

Estructura del ensayo.

El ensayo se estructura tradicionalmente en 3 partes: introducción, cuerpo y conclusión. 


Introducción: Es parte importante de todo escrito, en la que suele presentarse en términos generales el tema que se desarrollará y los propósitos del mismo. En la introducción de un ensayo escolar se pueden dar generalidades, antecedentes, explicar la naturaleza del tema, especificar las variables que se desarrollarán. A veces se inicia con un ejemplo o situación específica en que se aplique el tema, para señalar la importancia de abordarlo. Los ensayos creativos, en cambio, pueden comenzar con anécdotas, una frase célebre, etc. 


Cuerpo: Es el desarrollo del ensayo, la explicación de lo que se anunció al principio. Aquí se exponen las ideas que se tienen sobre el tema, se comenta en forma personal la información, se proporcionan datos y se amplían los conceptos, con reflexiones, ejemplos, comentarios, comparaciones, etc. También se pueden confrontar las ideas de varios autores sobre el tema investigado, estableciendo puntos de 3 afinidad o discrepancia. Abarca, en términos generales, las dos terceras partes de la extensión total del ensayo. 

Conclusión: Ésta no es sólo la opinión personal del ensayista sobre el tema que investigó. Para concluir, realiza el resumen de los puntos desarrollados a lo largo del ensayo y sus consecuencias, comenta los resultados y da una opinión final, la cual puede consistir en una postura específica ante el tema, una interrogante, un juicio de valor, una exhortación, una propuesta para resolver el problema tratado, etc. Una manera recomendable de concluir es retomar la introducción, para ver hasta qué punto se logró lo anunciado en ella. 

Reseña.

La reseña es el texto expositivo-argumentativo que se realiza en el ámbito académico y en periódicos, revistas u otro medio de comunicación sobre un hecho determinado. Se suele usar para referirse a un acto cultural y deportivo o en la crítica literaria y artística.
En una reseña se hace un recuento del contenido de la obra o evento, seleccionando lo significativo, sus ideas esenciales, su propósito, la finalidad y otros aspectos complementarios; reflejando así la opinión del escritor.

Por lo general, la reseña puede ser descriptiva cuando informa del contenido del hecho sin establecer sobre la misma juicios o conclusiones de tipo alguno. Y crítica cuando establece juicios de valor sobre la obra. En esta última hay que señalar que un buen critico debe evitar las arbitrariedades y los favoritismos, formulando juicios de valor justos, ponderados, reflexivos, y basados en el conocimiento del tema.
La reseña al ser un género opinativo o interpretativo presenta en un esquema textual con laintroducción o presentación sobre el tema que se va a considerar, para atraer la atención del lector. El desarrollo o análisis del tema, exposición de argumentos a favor y refutación de los contrarios, apoyándose en ejemplos, datos, testimonios, citas, etc. Y la conclusión, en la que se reafirma la tesis o proposición y se extraen sus consecuencias.
Existen diferentes tipos de reseñas: las bibliográficas o literarias sobre libros; de cine y televisión, sobre películas, series y programas de tv; de eventos y espectáculos, como obras teatrales y conciertos; de deportes, sobre juegos, clubes, equipos o selecciones nacionales,de política, entre otros.
En el campo académico, los estudiantes, profesores e investigadores escriben reseñas para dar cuenta de textos leídos. En la universidad es un ejercicio constante, pues permite evaluar la capacitad de comprensión, reflexión y síntesis del reseñador.


Consejos para elaborar una reseña literaria:

A la hora de escribir una reseña de un libro, es importante basarse en un método sólido y ordenado, para no dejar fuera ningún punto y conseguir comunicar a los lectores el impacto que la obra nos ha causado. Lo primero que muchos expertos recomiendan es crear un borrador con los temas que deseamos tratar y un boceto de la estructura que queremos dar al trabajo.
Para atraer a los lectores desde la primera línea de una reseña, existen diversos trucos: uno de ellos es incluir una cita del libro, una frase que les genere intriga, que los atrape y no les permita dejar el texto; otra táctica muy común consiste en presentar una pregunta que no pueda ser respondida completamente hasta haber leído todo el artículo. Este último recurso es muy usado en reseñas de todo tipo; veamos un ejemplo: “¿Será esta la obra que finalmente nos muestre la cara más oculta de este enigmático escritor?”.
Otro punto a tener en cuenta es el tema que trata el libro; es importante desarrollarlo de forma adecuada, brindarle al lector las herramientas necesarias para elaborar sus propias opiniones. Además del trasfondo teórico acerca del eje de la obra, se suele mostrar una pequeña pero completa mirada al mundo de la misma, a sus paisajes, a sus personajes, a las historias que viven en sus hojas.
Al leer una reseña, es siempre grato conocer la reacción de su autor al haberse puesto frente a frente con la obra por primera vez; al compartir nuestra experiencia, los sentimientos que despertó el libro en nosotros, nos acercamos más a los lectores, les demostramos que confiamos en ellos. Además, no debemos temer la sinceridad: para que nuestro trabajo sea efectivo, es imprescindible comunicar nuestra verdadera valoración, incluso si esto significa expresar un total desacuerdo con los principios del autor.
Es aconsejable comparar la obra con otros trabajos del mismo autor, o bien con libros relacionados, para dar a la reseña una perspectiva bien definida. Además, siempre que sea posible, se recomienda encontrar relaciones entre las problemáticas que trata el libro y la situación sociopolítica de su época. Por último, se debe redactar una conclusión para reafirmar nuestra postura e incluir ciertos comentarios que no hayan encontrado su espacio a lo largo de la reseña.




Trabajos Académicos.

Todo estudiante se enfrenta a la realización de un trabajo académico porque muchos profesores consideran que es una parte esencial de su forma de evaluar a los alumnos así que no hay más remedio que ponerse a ello. Pero para empezar a hacer cualquier trabajo de índole académico es necesario tener claro unas cuantas cosas antes de empezar, ya que será más fácil realizarlo con las ideas bien cocidas.

El trabajo académico es un texto elaborado en torno a un tema y debe redactarse aplicando unas normas relativamente establecidas.

El destinatario de todo trabajo académico es siempre un lector culto, supuestamente ignorante del tema que vas a desarrollar. Por ejemplo, aunque el/la profesor/a y tus compañeros sepan de lo que va a tratar, nunca debes obviar el trámite de presentar el tema en la introducción.
 El trabajo académico se compone necesariamente de cuatro partes muy diferenciadas:


Estos tipos de escritos poseen unas características comunes:
-    La extensión de los trabajos.Dependiendo del tipo de trabajo, nos solemos encontrar con una extensión aproximada de entre 10 y 40 páginas. Los trabajos de fin de carrera, comúnmente denominadas “tesinas” de doctorado, se componen de unas 100 hojas e incluso más. Las tesis doctorales suelen ser las extensiones de estas últimas, con minuciosidad y muy documentada por lo que su extensión sobrepasa los centenares de folios.
-    La originalidad. Un trabajo académico debe constar de unas ideas, conceptos y el desarrollo de éstos partiendo de una base propia de la persona que lo escribe. Pero no podemos basarnos sólo en nuestros propios conocimientos. Se necesita documentarse acudiendo a revistas especializadas en la materia de la que trata el texto, libros periódicos. Eso sí, no se puede limitar a copiar dichos textos o trabajos. Éstos deben servir para orientarnos en nuestra reflexión y para ayudarnos a sacar nuestras propias conclusiones. Para no incurrir en ilegalidades, tanto morales como jurídicas, se debe citar aquellas fuentes citadas para la investigación. Esta afirmación es rotunda.
-    Hay que utilizar un vocabulario claro y conciso, con  un léxico propio de la especialidad.
Existen diferentes tipos de trabajos académicos, de los que hablaremos en otra sección del blog.